• Pulverizador.
Hazte con uno y rellénalo de agua. Así podrás ir salpicándote y refrescándote la piel, sin empaparte. Notarás un efecto refrescante inmediatamente. También prueba de usar un pulverizador delante del ventilador para refrescarte. Otro truco es congelar una pequeña bolsa con agua y colocártela en la nuca a la hora de la siesta. Te refrescará.
• Baño frío. Llena tu bañera con agua fría y añádele unos cubitos de hielo. Relájate con el agua fría y te refrescarás al instante. En caso de no tener bañera, te aconsejamos que te des una ducha de agua fría, el efecto también será inmediato y el cuerpo se mantendrá fresco durante un buen rato al salir.
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