30 consejos para padres
novatos
1. Los recién nacidos tienen el estómago muy pequeñito, por
lo tanto la cantidad de leche que les cabe es también pequeña. Los intervalos entre las tomas deben ser los que su
cuerpo exija. Todos los pediatras recomiendan la lactancia a demanda (salvo excepciones por
enfermedad).
2. Muchos bebés regurgitan después de mamar o de
tomarse el biberón. Es algo normal. No hay razón para
preocuparse, pues no suele ser mucha cantidad. Por regla general, solo echan la
leche que han tomado de más.
3. En ocasiones, el peque no se queda satisfecho después
de mamar un largo rato. Esto puede pasar porque no mama bien:
si succiona solo el pezón no sacará mucho. Hay que procurar que la areola del
pecho también esté dentro de su boca.
4. Si se tienen gemelos,
es muy normal que al principio lloren más que otros bebés cuando se encuentran
hambrientos, ya que tienen que esperar su turno. Podemos colocar a cada uno en un
pecho, ambos a la vez, y en la siguiente toma, intercambiarlos. Si toman
biberón, los ponemos en frente, sobre un cojín y se lo damos al mismo tiempo.
5. Lo ideal es que cada gemelo tenga su propio ritmo de comida, es decir, cuando lo piden. Si su hermano sigue durmiendo, le
dejaremos hasta que se despierte. Poco a poco irán acercando horarios.
6. Hay bebés que se duermen mamando. Probablemente no tengan mucha hambre
o aún estaban medio dormidos. En este caso, basta con mover un poquito el pezón
para que despierten y sigan chupando.
7. Si no les damos pecho, los recién nacidos tienen que
aprender a tomar el biberón. Lo mejor es que al principio sea
siempre la misma persona la que se lo dé, pues cada uno tenemos una forma
diferente de darlo. Algunos bebés se desconciertan fácilmente.
8. No es aconsejable darle nada que no sea leche, ni
infusiones ni ningún preparado que nos hayan dicho que le ayuda a
echar los gases.
9. Para evitar que ingiera aire, si le damos el biberón, hay que verificar que está lo
suficientemente inclinado como para que la leche ocupe toda la tetina y no haya
burbujas de aire que pueda tragar sin querer.
10. Durante cinco o diez minutos después de mamar, los
bebés muestran un interés especial por su entorno. Si lloran después de comer, probablemente sea porque
quieren juerga y nosotros no les estamos haciendo caso. También puede ser
porque tengan gases.
11. El eructo no es obligatorio, pero la mayoría de los
bebés se sienten mejor después de haber echado el aire. Para ayudarles, podemos incorporarlos apoyándolos sobre
nuestro hombro, o bien ponerlos boca abajo encima de nuestras rodillas y les
damos palmaditas en la espalda. A veces los gases pueden provocar fuertes
dolores. Si es así, debemos consultar al pediatra.
12. La postura adecuada para acostar al bebé después de comer es boca arriba. Es más segura y hará que le molesten los gases en menor
medida. Esta postura es la que debe tener siempre en la cuna para evitar la muerte súbita.
13. Las manchas de leche en la ropa huelen mal. Se pueden quitar conuna mezcla de agua y levadura (una
cucharadita para una taza de agua). No solo se quita el mal olor, también la
mancha.
14. Directrices para el aumento de peso: en los cinco primeros meses, la mayoría de los niños duplican su
peso y hacia el final del primer año, suelen pesar tres veces más de lo que
pesaron al nacer.
15. Pesar al bebé a diario no tiene sentido y puede
convertirse en una fuente de estrés innecesario. Si está contento, activo y crece bien,
significa que está bien alimentado. El pediatra lleva un seguimiento
exhaustivo, si él detecta algo raro, tomará algún tipo de medida.
16. Los niños que se crían al pecho hacen más
deposiciones que los que toman leche artificial. En general suelen hacer entre una y
cuatro cacas al día.
17. A partir de los tres meses aproximadamente, los niños
necesitan una cierta rutina en su vida. Por lo tanto, hay que procurar
acostarles a la misma hora y siguiendo un mismo ritual. Esto deberá mantenerse
durante los siguientes años.
18. Cuanto más pequeños son, más se sobresaltan si nos
acercamos precipitadamente, sin previo aviso. Primero hay que mantener contacto
visual y hablarles. Luego, colocando una mano debajo de la cabeza y otra bajo
el tronco, les levantamos con suavidad. No son tan frágiles como parecen, así
que cojámosles con suavidad pero con firmeza.
19. Uno de los puntos más delicados de los bebés son las
nalgas. Por lo tanto, conviene cambiar su pañala
menudo y así evitar que se irriten. Aunque los modernos superpañales los
mantienen secos durante largas horas, el calorcillo húmedo en la zona de la
barriga no es nada bueno para la piel.
20. Cambiarles los pañales sobre una mesa o un cambiador
es más cómodo para que la espalda del adulto no
sufra, pero hay que tener un cuidado extremo para evitar accidentes. Los bebés
son capaces de girar su cuerpo y rodar a las pocas semanas.
21. Antes de poner un nuevo pañal, hay que limpiarle con
suavidad y secarle muy bien, procurando que no quede nada de
humedad entre los pliegues.
22. Durante las primeras semanas se le puede bañar en el
lavabo. Conviene colocar un protector para no
golpearle accidentalmente contra el grifo. También puede usarse una bañerita.
23. Para asearle, en principio bastaría con el agua
tibia. Si usamos jabón, que sea neutro. Los
polvos de talco están desaconsejados: podría inhalarlos.
24. Si el bebé tuviera miedo a la bañera, podemos sentarle desnudo sin nada de agua, darle algún
juguete y luego ir llenando la bañera poco a poco.
25. Al bañarle, hay que cerrar primero el grifo del agua
caliente y después el de la fría. Así, evitamos que si el grifo gotea,
le caigan gotas de agua muy caliente.
26. La herida del cordón umbilical no necesita un vendaje especial
mientras cicatriza. Se puede bañar al pequeño si luego
secamos bien la zona del ombligo. Esa parte la lavaremos con una toalla mojada
en agua tibia, luego la secamos y colocamos encima una gasa limpia. Si la
herida supura o sangra, hay que consultar al pediatra.
27. La mayoría de los recién nacidos llevan demasiada
ropa. Si están abrigados en exceso, pueden
llegar a sufrir un sofocón: sudan y se sienten mal.
28. En los primeros meses es normal que el pequeño tenga
las manos y los pies fríos. Pero si la piel a la altura de los
omóplatos o la tripa está caliente y seca, significa que no tiene frío.
29. Durante los primeros meses la cabecita del niño
necesita apoyo. Cuando le tengamos en brazos, hay que
sostenerla en todo momento con suavidad pero con firmeza. Los recién nacidos se
asustan mucho cuando se les cae hacia un lado o hacia atrás.
30. Las uñas de los bebés crecen muy rápido. El mejor momento para cortárselas es
cuando duermen profundamente. Debemos usar unas tijeras especiales para bebés,
con punta roma (redonda).
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